Llega el otoño y vuelve con sus colores tierra, naturales y relajantes.
La amplia gana de colores marrones, ocres, beig, confieren a nuestros ambientes estabilidad, elegancia y relajación. Podemos jugar a darle un toque serio, masculino y austero. El marrón sugiere arraigamiento, nos evoca estancias antiguas, muebles regios de madera, sillones de cuero, alfombras pesadas, librerias...o inclinarnos por el lado más romántico, el de la caida de las hojas en otoño evocando paisajes meláncolicos y decantarnos por ambientes rústicos, cálidos y confortables. Chimeneas encendidas, paredes de madera o ladrillo, colchas con toques de vivos colores y olor a tarta de manzana recien hecha, el hogar.
Todo depende de la combinación con otras tonalidades o materiales. Los marrones son colores muy realistas, nos asientan, estabilizan ya que es el color de la tierra que pisamos. Y por supuesto, tambien podemos diseñar con ellos estancias muy actuales. ¿Que ambiente elegirías tu?
